Especialmente en la última década, la sociedad está mostrando una creciente conciencia sobre la importancia de llevar una alimentación adecuada. A pesar de que todos los grupos de edad parecen reconocer el impacto que una nutrición equilibrada tiene en la salud física, el bienestar mental y la productividad, aún persisten grandes desafíos para conseguir implementarla durante la jornada laboral.
La realidad es que muchas personas siguen enfrentándose a obstáculos que les dificultan mantener una alimentación equilibrada en el trabajo. En este artículo, identificaremos algunas de estas dificultades y exploraremos recomendaciones sencillas para mejorar los hábitos alimenticios en tu entorno laboral.
Marchando una de obstáculos y justificaciones
A pesar de que la importancia de una dieta diversa y saludable es ampliamente reconocida, a diario nos topamos con innumerables barreras que nos dificultan o sirven como excusa para implementarla.
La voluntad de planificar. La rutina diaria y las prisas suelen provocar que much@s trabajador@s no planifiquen sus comidas de antemano. Una falta de anticipación que suele llevar a tomar decisiones rápidas y poco saludables, como elegir alimentos ultraprocesados o recurrir a opciones de comida rápida. La planificación es esencial para asegurarse de que las comidas sean nutritivas y equilibradas, pero requiere tiempo, organización y, sobre todo, voluntad.
Menos tiempo, menos calidad. Las largas jornadas y las pausas cortas limitan las posibilidades de tomar una comida adecuada. Una premura de tiempo que lleva a que muchas personas opten por soluciones de emergencia que no siempre son las más adecuadas. El ritmo apresurado suele ir acompañado de una falta de atención a la calidad de los alimentos que consumen, afectando su rendimiento y bienestar cotidiano.
El maldito estrés. La presión constante y el estrés en el trabajo afectan los hábitos alimenticios, llevando a consumir alimentos altos en azúcar y grasas que aportan una satisfacción rápida, pero mínimo valor nutritivo. En momentos de tensión, el cuerpo tiende a buscar alimentos calóricos para obtener una fuente de energía inmediata, aunque los efectos positivos sean temporales.
Acceso a opciones saludables. En muchas empresas y espacios laborales, las alternativas de comida saludable son limitadas, especialmente en oficinas que dependen de máquinas expendedoras poco healthies o cafeterías con opciones restringidas. Esto lleva a los empleados a consumir snacks y bebidas azucaradas en lugar de comidas completas y equilibradas.
Entorno procesado. Oficinas, fábricas y ejes comerciales suelen estar rodeadas de opciones de alimentos procesados y ultraprocesados, fáciles de adquirir y consumir. Estos productos, aunque convenientes, carecen de nutrientes esenciales y están llenos de azúcares, grasas saturadas y aditivos, que pueden impactar negativamente en la salud a largo plazo.
Alimentarnos a otro nivel
A pesar de los evidentes obstáculos, existen varias estrategias que pueden ayudar a mejorar los hábitos alimenticios durante la jornada laboral.
Planificar es de list@s. Dedicar unos minutos a la semana para planificar las comidas marca una gran diferencia. Preparar almuerzos saludables en casa, como ensaladas, bowls de granos y proteínas o snacks de frutas y frutos secos, es una buena manera de asegurarse de que las opciones nutritivas estén disponibles a la hora de comer. El Batch Cooking no sólo aporta salud, también más ahorro.
Snacks saludables. Evita recurrir permanentemente a alimentos procesados y opta por snacks como frutas, yogur, frutos secos y barritas de granola sin azúcar añadida. Este tipo de alimentos aporta energía sin los picos de glucosa que generan productos azucarados y ultraprocesados.
Una rutina positiva. Tomarse unos minutos para descansar y disfrutar de la comida sin prisas es fundamental para mejorar la digestión y permitir que el cuerpo absorba los nutrientes de manera efectiva. Respetar un horario fijo para la comida facilita la necesaria desconexión, ayuda a reducir la ansiedad por comer en cualquier momento y mejora la relación con la comida.
La bendita agua. La deshidratación afecta negativamente la concentración y el rendimiento. Llevar una botella de agua al trabajo y recordar beber con regularidad es esencial para mantener cuerpo y mente en buen estado.
Reconocer al comer emocional. Es importante identificar cuándo se está comiendo por hambre real y cuándo por estrés o aburrimiento. En momentos de tensión, levantarse para hacer unos pasos o unos mínimos ejercicios de respiración es más beneficioso que consumir alimentos por inercia, normalmente ricos en azúcar o grasa.
Alimentación como valor añadido
Para empresas, corporaciones y organismos que entienden que una nutrición adecuada mejora el ambiente y rendimiento de su equipo humano, Albi ofrece una gastronomía colectiva innovadora y diferente. Una filosofía que se centra en proporcionar opciones de comida nutritiva, equilibrada y adaptada a los gustos y necesidades especiales de l@s trabajador@s. Unos menús que promueven una dieta basada en ingredientes frescos, naturales y de proximidad.
Albi se enfoca en ofrecer comidas que no solo cumplen con criterios de salud, sino que también son atractivas y satisfactorias, contribuyendo a una experiencia alimenticia positiva y desconectora en el lugar de trabajo. Una manera de entender la restauración colectiva para empresas que apuesta por ofrecer al comensal una cocina tan simple como sabrosa, maridando tradición y tendencias modernas, y dotando de total protagonismo a la calidad y esencia de las materias primas.
Aunque la práctica mayoría de las personas entienda su importancia, mantener una alimentación saludable en el trabajo sigue siendo un desafío. La falta de planificación y tiempo, el estrés y la limitada disponibilidad de opciones saludables son solo algunos de los factores que afectan nuestra alimentación en horario laboral.
Las pequeñas mejoras en nuestros hábitos y estimular el protagonismo de en las empresas de iniciativas gastronómicas como la de Albi, mejoran sustancialmente la calidad de la alimentación en los entornos laboral, beneficiando tanto la salud física y mental como la productividad.