La alimentación es un elemento determinante en la recuperación de los pacientes hospitalizados. Una acción cotidiana que no solo debe ser enfocada como algo que proporcione los nutrientes adecuados, debe también crear una experiencia que contribuya al bienestar integral de enfermos, familiares y personal sanitario.
Bajo esta premisa que pretende romper con el estereotipo de una alimentación hospitalaria saludablemente plana y anodina, en Albi desarrollamos una filosofía que sitúa al paciente en el centro, con el objetivo de mejorar la experiencia alimentaria en los hospitales. Un desafío gastronómico que no aborda únicamente las necesidades nutricionales, también poner en valor el impacto positivo que la alimentación puede tener en la salud mental y el proceso de convalecencia de los pacientes.
La alimentación como parte del proceso
Uno de los pilares de Albi es ofrecer propuestas alimentarias que actúen como una herramienta activa del proceso de recuperación. Infinidad de estudios han demostrado que una dieta adecuada acelera la recuperación de heridas, mejora la respuesta inmunitaria y contribuye, entre otros muchos factores, a una mejor absorción de medicamentos.
El equipo de nutricionistas de Albi trabaja estrechamente junto al personal médico y de enfermería de cada centro para desarrollar menús personalizados que atienden tanto a las necesidades físicas como emocionales de los pacientes. Cada plato que se ofrece está diseñado para cumplir con los requisitos nutricionales, sin dejar de ser una fuente de confort y emociones.
La creación de menús variados, apetitosos y cuidadosamente presentados tiene en cuenta tanto el sabor como el valor nutricional para hacer, en definitiva, que la alimentación no sea una carga para el paciente, sino una experiencia que mejora su día a día.
María González Fernández, responsable de área de Nutrición de Albi
Alta exigencia dietética y nutricional
El control dietético en los centros hospitalarios es un factor clave, especialmente para pacientes con patologías complejas que requieren un monitoreo constante de su alimentación, como aquellos con problemas renales, diabetes o trastornos metabólicos.
Cada menú se crea tomando en cuenta las restricciones médicas y las recomendaciones de los especialistas. Además, se adapta a las necesidades energéticas y nutricionales de cada persona, lo que garantiza que el paciente reciba los nutrientes adecuados en cada etapa de su tratamiento y estancia. La gastronomía colectiva de Albi no solo cumple con los estándares nutricionales, hace que el paciente se sienta acompañado en su proceso de sanación.
La atención de nuestra área de nutrición a las necesidades específicas de cada paciente, ya sea por intolerancias, alergias o condiciones especiales como la disfagia, hace que los menús no solo cumplan con los requisitos generales de salud, sino que sean verdaderamente personalizados.
En el caso de pacientes con disfagia, por ejemplo, se desarrollan texturas modificadas que facilitan la deglución sin comprometer el valor nutricional. Además, Albi sigue estrictos protocolos de seguridad alimentaria para evitar cualquier tipo de contaminación cruzada en casos de alergias alimentarias o intolerancias, lo que ofrece una capa adicional de tranquilidad tanto para los pacientes como para sus familias.
Impacto mental y emocional
La alimentación no solo tiene un impacto físico, sino también emocional. En un entorno hospitalario donde las rutinas pueden ser monótonas y el estrés una constante, la comida suele ser uno de los pocos momentos del día que el paciente espera con agrado. Poner especial atención en la presentación de los platos, el uso de ingredientes frescos y de proximidad, y la creación de menús que no solo sean saludables, tiene el valor añadido de un optimista factor experiencial para la cotidianidad hospitalaria.
El equipo de Albi entiende que sus propuestas de gastronomía colectiva para hospitales deben tener el potencial de influir directamente en el estado de ánimo de los pacientes. Una comida bien presentada y ajustada a las preferencias del paciente, generar una significativa mejora en su estado de ánimo y, por tanto, en su recuperación.
En casos donde los pacientes deben seguir dietas restrictivas por largos períodos, Albi trabaja para hacer esas restricciones lo menos invasivas posible. A través de la creatividad en la cocina, se busca ofrecer alternativas atractivas que no hagan que el paciente sienta que está perdiendo una parte importante de su día.
Experiencia alineada con la salud y el bienestar
La fuerza de la experiencia en las propuestas alimentarias de Albi no le hace perder nunca de vista los valores fundamentales que definen los entornos hospitalarios: salud, bienestar y recuperación. Los esfuerzos que se realizan en cuanto a alimentación experiencial están alineados con estos principios, buscando siempre el equilibrio entre el disfrute de la comida y su función terapéutica.
En un momento en el que la personalización y la humanización de la atención médica son más importantes que nunca, Albi destaca por entender que la experiencia alimentaria en los hospitales no puede ser nunca secundaria. Su filosofía basada en el rigor nutricional, la personalización y el cuidado del estado emocional de los pacientes, tiene el valor añadido de hacer de la alimentación un factor clave para la mejora integral del paciente durante su estancia hospitalaria.
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