Falsos mitos sobre la alimentación de las personas mayores

Una falsedad repetida mil veces no tiene por qué acabar siendo verdad. La alimentación de las personas mayores está rodeada de creencias y mitos que, en muchas ocasiones, además de no ser ciertas pueden influir negativamente en su salud. 

La mayoría de estas afirmaciones, aunque difundidas con buena intención, no suelen tener otro respaldo científico que el del boca-oído. Hoy analizamos 10 de estos falsos mitos y explicamos por qué no son ciertos.

Deben comer menos porque se mueven menos

Es cierto que, con la edad, el metabolismo se ralentiza y la actividad física puede disminuir. Sin embargo, esto no significa que deban reducir drásticamente su ingesta calórica. Una alimentación insuficiente puede llevar a deficiencias nutricionales, pérdida de masa muscular y energía, aumentando el riesgo de caídas y enfermedades. Lo ideal es ajustar las calorías sin comprometer la calidad y densidad nutricional de los alimentos.

La leche no es necesaria porque no digieren bien la lactosa

Aunque la intolerancia a la lactosa es más común en edades avanzadas, no tiene por qué afectar a todas las personas mayores. Además, existen alternativas como productos lácteos sin lactosa, bebidas vegetales enriquecidas con calcio o alimentos no lácteos ricos en este mineral. El calcio es esencial para mantener la salud ósea y prevenir la osteoporosis.

Deben evitar las grasas por completo

Eliminar las grasas de la dieta no es saludable. Las grasas saludables, como las presentes en el aceite de oliva, el aguacate, los frutos secos y el pescado azul, son esenciales para la salud cerebral, cardiovascular y el control de la inflamación. Lo que debe evitarse son las grasas trans y las saturadas en exceso.

La proteína no es tan importante 

El consumo adecuado de proteínas es crucial en la tercera edad para prevenir la sarcopenia (pérdida de masa muscular). Estudios recientes indican que las personas mayores necesitan incluso más proteína por kilogramo de peso corporal que los adultos jóvenes para mantener la masa muscular.

No es tan necesario beber mucha agua 

Con la edad, la sensación de sed se reduce, lo que aumenta el riesgo de deshidratación. Esto puede afectar negativamente funciones importantes como la regulación de la temperatura corporal, la función cognitiva y la salud renal. Es fundamental fomentar la hidratación, incluso si no se percibe sed.

No necesitan suplementos de vitaminas y minerales

Si bien una dieta equilibrada puede cubrir la mayoría de los requerimientos nutricionales, en ocasiones las personas mayores necesitan suplementos. Esto es especialmente cierto para la vitamina D, dado que la capacidad de la piel para sintetizarla a partir de la luz solar disminuye con la edad, y para la vitamina B12, que a menudo no se absorbe correctamente.

Es normal perder el apetito 

Aunque los cambios en el apetito pueden ocurrir, no debería considerarse una parte inevitable del envejecimiento. La pérdida de apetito puede ser un síntoma de problemas médicos, depresión, efectos secundarios de medicamentos o un indicador de desnutrición. Es importante investigar y abordar sus causas.

Los alimentos blandos son la mejor opción 

Si bien los problemas dentales pueden dificultar la masticación, esto no significa que toda la dieta deba limitarse a alimentos blandos. Una alimentación variada, rica en texturas, es esencial para garantizar una buena nutrición. Adaptar los alimentos, como picarlos o cocinarlos adecuadamente, es preferible a reducir la diversidad.

Deben evitar los alimentos ricos en carbohidratos

Los carbohidratos son una fuente importante de energía y deben incluirse en la dieta de los mayores. Lo que es necesario es priorizar los carbohidratos complejos, como los presentes en cereales integrales, legumbres y vegetales, evitando los refinados y azúcares simples.

No deben disfrutar de comidas especiadas

Aunque algunas especias pueden ser más irritantes para quienes tienen problemas digestivos, muchas especias como la cúrcuma, el jengibre y la canela ofrecen beneficios para la salud. Además, las especias pueden mejorar el sabor de las comidas, algo fundamental para estimular el apetito.

Combatir los falsos mitos sobre la alimentación de las personas mayores es clave para promover su salud y calidad de vida. Una dieta equilibrada, adaptada a sus necesidades específicas, debe basarse en evidencias científica y no en creencias infundadas. Consultar a un profesional de la nutrición o un médico especializado es siempre la mejor opción para garantizar que se cumplan sus requerimientos nutricionales.

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