La influencia de las RRSS en los trastornos alimentarios de la gente joven

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En España, alrededor de 400.000 personas padecen algún trastorno de la conducta alimentaria, de las que 300.000 son chicas y chicos de entre 12 y 24 años , siendo esta la tercera causa de enfermedad crónica en la adolescencia. Una problemática en la que las Redes Sociales ejercen un rol determinante al influir de manera directa o indirecta en su forma cotidiana de pensar, sentir y actuar. 

En la era digital en la que vivimos, las Redes Sociales han alcanzado un papel central en la vida de l@s más jóvenes. Sin embargo, detrás de las conexiones interpersonales que impulsan y la facilidad de acceso a la información, se camufla un fenómeno muy preocupante: la influencia negativa que estas plataformas pueden tener en la salud mental, especialmente en lo que respecta a los trastornos de la alimentación.

La supuesta perfección 

La obsesión por la imagen corporal perfecta promovida en Redes ha multiplicado la presión sobre l@s jóvenes para que se vean y se comporten de cierta manera. Sin pretender demonizar a los diferentes canales, plataformas como Instagram, TikTok y Snapchat están repletas de imágenes idealizadas de cuerpos delgados y dietas extremas, lo que puede incentivar las comparaciones dañinas y a una insatisfacción crónica con la propia apariencia.

Algunos trastornos de la conducta alimentaria (TCA), como la anorexia nerviosa, la bulimia, el trastorno por atracón y el trastorno por evitación y restricción de la ingesta de alimentos, están en aumento entre los jóvenes, y muchos expertos señalan a las Redes Sociales como un factor contribuyente significativo. Un estudio publicado por el Journal of Youth and Adolescence señala que l@s adolescentes que pasan más tiempo en las Redes Sociales tienen un mayor riesgo de desarrollar este tipo de trastornos, ya que están más expuestos a imágenes y mensajes que promueven una relación poco saludable con la comida y el cuerpo.

Las Redes Sociales también pueden actuar como un escaparate para el Pro-ana y el Pro- mia, movimientos que glorifican y promueven la anorexia y la bulimia como estilos de vida deseables. Estas comunidades digitales ofrecen consejos sobre cómo perder peso de manera extrema, compartiendo técnicas peligrosas y fomentando comportamientos autodestructivos. Además, la facilidad con la que se puede acceder a este contenido estimula que se sientan legitimados en sus propios trastornos de la alimentación.

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La presión para obtener Likes y seguidores en las Redes Sociales también puede contribuir a los trastornos de la alimentación entre l@s jóvenes. Muchos adolescentes se sienten empujad@s a mantener una perfecta imagen online para ganar aceptación y validación social, lo que a menudo implica adoptar comportamientos poco saludables en relación con la comida y el ejercicio.

Sin embargo, no todo es sombrío ni estigmatización. Algunas plataformas están tomando medidas para abordar el problema. Instagram, por ejemplo, ha implementado políticas para prohibir ciertos tipos de contenido relacionado con la promoción de trastornos de la alimentación y proporciona recursos de apoyo para aquellos que puedan estar luchando con estos problemas. Además, cada vez más influencers y celebridades en las Redes Sociales están hablando abiertamente sobre sus propias experiencias con la salud mental y los trastornos de la alimentación, lo que ayuda a darles visibilidad y fomentar conversaciones más abiertas y comprensivas.

Una relación saludable con la comida 

Es crucial que los madres, padres, educadores y profesionales de la salud estén atentos a los signos de trastornos de la alimentación en l@s jóvenes y proporcionen el apoyo necesario cuando sea necesario. Esto incluye fomentar una relación saludable con la comida y el cuerpo, promover la autoestima y la confianza en sí mismos, y enseñar habilidades de pensamiento crítico para que puedan filtrar de manera efectiva el contenido online dañino.

En última instancia, las Redes Sociales no son inherentemente malas, pero su influencia en la percepción de la imagen corporal y los hábitos alimenticios de l@s jóvenes no puede ni debe subestimarse. Es imperativo que trabajemos juntos para crear un entorno digital más positivo y seguro, donde los jóvenes desarrollen una relación saludable consigo mismos y con la comida, sin sucumbir a las presiones y expectativas poco realistas institucionalizadas en algunas Redes Sociales. Y por algunos de sus usuarios y sus grupos de presión. 

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